No hay nada más acogedor que acurrucarse en el sofá de una casa caliente en un frío día de invierno, pero cuando llega la factura de la calefacción, cambias rápidamente de opinión y buscas desesperadamente formas de ahorrar dinero en calefacción.
Hemos encontrado 13 formas de ahorrar dinero en calefacción, y por suerte, no se trata solo de afrontar el frío y esperar lo mejor. Pensando de forma diferente, puedes reducir tus facturas de energía y mantenerte cómodo.
Disfruta del sol
Si tienes ventanas oscuras, estás enviando la energía del sol directamente al exterior. En cambio, deja que entre abriendo las cortinas y las persianas cuando te despiertes.
Durante el día, deja que el sol caliente tus habitaciones a través de las cortinas o persianas abiertas. Cuando se ponga el sol, cierra las ventanas y las puertas cubriéndolas con cubiertas eficaces que impidan la entrada de aire frío.
Esto atrapará el calor en tu habitación y reducirá la frecuencia de uso de la estufa.
Cierra las puertas
Si tienes habitaciones que no utiliza nadie (por ejemplo, habitaciones de invitados), cierra las puertas. Como nadie entra ni sale de la habitación, el calor permanece en ella. Esto deja más aire caliente en las otras habitaciones que utilizas.
Si puedes, mantén la mayoría de las puertas cerradas para mantener el calor en la habitación, de modo que no pierdas el valioso aire caliente y la caldera no funcione más tiempo del necesario.
Comprueba tus ventanas y puertas
Las ventanas y puertas son la principal fuente de fugas de aire. Comprueba visualmente todas las ventanas y puertas para ver si hay agujeros evidentes o faltan burletes. Pero eso no es todo.
Recorre cada ventana y cada puerta con una cerilla y comprueba si se mantiene encendida. Si parpadea, tienes una fuga y necesitas nuevo calafateo o sellado alrededor de la ventana. Si tus ventanas están viejas y desgastadas, puede ser el momento de sustituirlas por otras más nuevas y eficientes.
Deja de usar ventiladores en la cocina y el baño
Los ventiladores de la cocina y el baño aspiran la humedad y a veces incluso los olores de las habitaciones, pero en invierno también aspiran el aire caliente. Intenta evitar los ventiladores en todas las habitaciones, o al menos úsalos solo esporádicamente para no consumir el aire caliente y hacer trabajar más a la caldera. Instalar un interruptor de luz con temporizador puede ayudar.
Cambiar los filtros de aire
Si no cambias los filtros de aire, hay dos consecuencias: La factura de la luz sube y la caldera tiene que trabajar más. Esto hace que la factura de la luz sea más alta y que la caldera esté muy cargada, lo que puede llevar a reparaciones prematuras o incluso a la sustitución prematura de la caldera. Intenta cambiar los filtros al menos una vez al mes.
Utiliza un termostato programable
No hay razón para que tu termostato funcione normalmente cuando no estás en casa o cuando duermes. Instala un termostato inteligente (por ejemplo, de Ecobee o Nest). Detecta tus hábitos y cambia la temperatura antes de que llegues a casa o te despiertes por la mañana, y utiliza menos energía en tu sistema de calefacción cuando no la necesitas.
Utiliza los respiraderos
¿Cuándo fue la última vez que fuiste a casa y te aseguraste de que todas las rejillas de la calefacción estaban limpias? Los muebles, la ropa y otros objetos domésticos pueden obstruir el conducto de aire, impidiendo que el aire caliente entre en la habitación. La caldera tiene que trabajar más para mantener tu casa a la temperatura adecuada, lo que supone un mayor coste energético.
Dale la vuelta a tu ventilador de techo
Puede que no se te ocurra poner en marcha el ventilador de techo en invierno, pero funciona bien en posición inversa en invierno. Al subir el aire caliente, el aire del horno va directamente al techo. Un ventilador en marcha atrás (modo lento) empuja el aire hacia abajo, manteniéndolo en el interior y aumentando la eficiencia energética de la vivienda.
Mantén el baño caliente con un calentador radiante
Hay que tomarlos con pinzas, pero un calefactor radiante es una forma mucho más barata de calentar el baño al salir de la ducha que encender el horno. Utiliza el calentador solo cuando te duches y reducirás tus facturas de energía.
Cocinar algo en el horno
Tienes que comer, así que ¿por qué no cocinar en el horno, donde el aire caliente cumple una doble función? Cuando hayas preparado la comida, abre ligeramente la puerta del horno y el aire caliente calentará tu casa sin que tengas que usar el horno.
Comprueba tu caldera
No dejes pasar un año sin inspeccionar tu caldera. Las inspecciones anuales tienen dos propósitos: asegurarse de que tu casa está caliente y detectar los problemas a tiempo. Cuanto antes detectes los problemas de tu caldera, menos te costará. Además, un inspector puede descubrir si tu caldera no funciona de forma eficiente, lo que provoca facturas de energía más altas de lo necesario.
Ropa para el tiempo más frío
Como te decían tus padres cuando eras pequeño, «abrígate». Ponte capas y lleva siempre calcetines. Mantén tu cuerpo caliente y no tendrás que preocuparte de consumir tanta energía con la caldera.
Haz una auditoría energética
Puede costar un poco de dinero, pero una auditoría energética puede merecer la pena. Un profesional puede decirte dónde estás perdiendo eficiencia energética y cómo puedes aumentarla. A menudo son pequeños cambios los que marcan una gran diferencia.
Conclusión
Ahorra dinero en calefacción aplicando algunos o todos estos consejos. Es una buena manera de prolongar la vida de tu sistema de calefacción y de utilizar menos calor. Aunque la agrupación es una forma estupenda de reducir el consumo de la caldera, hay otras formas más cómodas de reducir tu factura energética.
Acostúmbrate a comprobar siempre la eficiencia energética de tu casa. Nunca sabes cuándo mover un sofá, cerrar una puerta o encender un ventilador de techo puede suponer una gran diferencia en tus facturas de energía.